Té-Leo es una iniciativa comunitaria que ha logrado crear un espacio para compartir música, arte y comida en la Plaza de la Aviación en Providencia. Más que un colectivo, es una junta de vecinos que busca crear un ambiente de convivencia y respeto mutuo.
Es una tarde de domingo en la Plaza de la Aviación en Providencia, el día está con sol y corre un viento agradable. Valentina Elzo, una destacada DJ y productora conocida como Valeotro, está junto a sus dos partners de Té-Leo, Vicente Palma, que tiene estudios de diseño y trabaja en el mundo audiovisual y Cristian Lecaros, arquitecto. Ambos son parte de Melancolía, un colectivo dedicado a la activación de espacios públicos. Ellos hacen clases en la universidad Finis Terrae, en el curso en diseño de Aplicaciones Espaciales. En el pasto, sobre una mesa, los tres están conectando máquinas y sintetizadores, además calientan agua en un hervidor para compartir té con un público que va desde familias, gente vendiendo libros, grupos de amigos compartiendo un mate y niños que corren por el lugar. La música comienza mientras los espectadores están en modo picnic, disfrutando de suaves sonidos de sintetizadores. Algunas personas están leyendo un libro o esperando a que se abra el micrófono para recitar poesía. La idea es improvisar y dejar que las cosas fluyan.
Valentina explica que, en realidad, Té-leo no es un colectivo en el sentido tradicional, "Yo creo que más que un colectivo, de repente es como una junta de vecinos", señala. Según ella, los domingos pueden ser bastante deprimentes, y es por eso que junto a Cristian y Vicente, comenzaron a hablar sobre la posibilidad de realizar sesiones de música y lectura en la plaza de su barrio.
Esta idea partió cuando Valentina tuvo un accidente hace unos pocos meses, “me quebré un pie y estuve con movilidad reducida y tuve que parar un poco como Dj de noche.. Justo conocí a dos vecinos, Cristian y Vicente, Les conté que yo tengo una amiga en Ciudad de México que me había contado que allá hay una casona donde hacen sesiones de ambient y lectura.
El primer Té-Leo, fue el 26 de marzo del presente año, surgió gracias a que Cristian tenía un generador, y así pudieron organizar la primera sesión de música electrónica en la plaza de la Aviación. Invitaron a los vecinos del edificio y del barrio a participar, con la idea de crear un espacio donde las personas pudieran compartir música, té y los que quisieran recitar poesía con la con sonidos relajantes y suaves beats de fondo.
Valentina nos explica que el objetivo de Té-Leo es precisamente ese: salir de la depresión dominical y crear un espacio para compartir con la comunidad, “es importante incluir a gente de todas las edades, desde los más jóvenes hasta los más mayores, y crear un ambiente de convivencia y respeto mutuo”.
En cada sesión de Té-Leo, además de música electrónica, hay personas que llevan comida y bebida para compartir con los demás. También hay espacio para la expresión artística, como la pintura, el bordado o el collage o que editoriales independientes vendan sus libros. La idea es que sea un evento desestructurado, donde la gente pueda compartir y ocupar el espacio público de la plaza.
Ya está cayendo el sol y el viento está más helado. El cielo está rojizo y algunos concurrentes toman el micrófono para leer poesía. Aprovecho para conversar con Vicente y Cristian de la presentación de este miércoles. Los Té -Leo inauguran la residencia organizada por IME Chile en el Bar La Isla, la idea es crear un set improvisado, donde las cosas fluyan según el público y la energía que se dé. Cristian cuenta que en la presentación van a hacer un live set con sus máquinas. “la línea curatorial es la improvisación, jugar con samples, los sintes. No somos músicos, pero cuando estamos los tres con la Vale, estamos totalmente conectados. también estamos abiertos a que si alguien quiere tomar el micrófono y leer algo, será bienvenido”.