“Me defino como un beatmaker, esa es mi definición oficial. De manera coloquial, del Perú, diría que soy un “chacotero del sonido”... Soy más de emociones bruscas, yo hago beats, más que canciones, también me siento muy cercano al hip hop”.
En el tercer capítulo del podcast de Rauversion conversé con Diego Valdés Alonso, más bien conocido como Qechuaboi, uno de los exponentes más interesantes de la música electrónica en Latinoamérica. Beatmaker, productor y la que creo que es su mejor descripción como artista: “un chacotero del sonido”, como se define él mismo. Hoy reside en Madrid, desde donde lanza eps o colaboraciones con otros músicos, experimentando con ritmos que van desde el hip hop, la cumbia chicha, la música de Uganda, los sonidos electrónicos de texturas coloridas y los beats brutales del dubstep, footwork o el dembow.
Partícipe y testigo del auge del Tropical Bass, unos de los movimientos de música electrónica más interesantes y originales que han salido en los últimos años de Latinoamérica. Una subcultura que tuvo su mayor efervescencia entre los años 2012 y 2017 en Lima. Es ahí donde Qechuaboi junto a Dengue Dengue Dengue!, Shushupe, Deltatron, Elegante & La Imperial, Animal Chuki, Tribilin Sound, entre otros productores realizaron una alquimia de ritmos todos los fines de semana en las fiestas “Toma”, en que el baile desatado, la teatralidad, los beats afroperuanos y la influencia tanto de la cumbia chicha como del dubstep más duro, crearon una escena underground que hizo gala de talento y sonidos con una personalidad única. Hoy todos estos artistas siguen innovando con esa síntesis que va desde los ritmos amazónicos o de Los Andes, sazonado con las texturas más sofisticadas de la música electrónica global.
Qechuaboi nos narra el nacimiento de una escena y al mismo tiempo, explica su método de composición “Empecé a tocar con máquinas para llevar la contra, soy un salmón, yo voy para arriba, contra la corriente, veía a mis amigos con sus laptop y teclados midi, y yo decía solo quiero una máquina que no necesite nada más de lo que hay adentro”.
También da cuenta de su evolución: hoy prefiere alejarse de la pista de baile -su zona de confort- para darse más libertad, sin renegar de jugar con las cajas, los tambores, los bombos. Esa estética se aprecia en epes como Unexpected o Microdosis, su último trabajo, lleno de colores, ritmos complejos y la picardía chacotera, que es el sello de la casa.
Al final de la conversación Qechuaboi revela que le gustaría hacer algo más ambiental. No un collage de sonidos, aclara, si no un blending de grabaciones de campos y texturas sintetizadas por alguien que no teme jugar y sentarse en los BPM. Un anuncio arriesgado y excitante de un artista dueño de un estilo único y con identidad reconocible al mismo tiempo.
“Me defino como un beatmaker, esa es mi definición oficial. De manera coloquial, del Perú, diría que soy un “chacotero del sonido”... Soy más de emociones bruscas, yo hago beats, más que canciones, también me siento muy cercano al hip hop”.
“2011 fue mi primer live set en Barcelona, en 12 partió a Perú por la crisis económica… Mi primera producción era por Cabeza Netlabel de Argentina. Ahí en 2012 se fue a tocar puertas y a producir”.
“Al principio me puse a abrir fiestas… luego me ponían de segundo, pero luego se dieron cuenta que mi estilo era para cerrar de 4 a 6 am.. yo creo que por la dureza de mis repeticiones… Me encanta el escándalo de la batería, del tambor, el beat, el BPM. Lo normal es que se tocara a 90. mi cumbia era entre 110 y 112”.
Respecto a sus influencias: “Folcloricamente hablando mis influencias vienen de mis viajes en bus. Vivía a 30 klm de Lima y tenía que pasar por un tramo que era bien popular y mi escuela era de escuchar cumbia, grupos como Armonía 10, Agua Marina, Grupo 5. Eran mis horas fuertes de tropical… tampoco sabía lo que escuchaba, inconscientemente me estaba moldeando ahí. Conscientemente vengo mucho del metal (Pantera), después llegué al Hip Hop, reggae, dub y la electrónica”.
“Entré en la electrónica en el 98, en el club buda, no me interesaba MTV ni el pop, comencé a ir y ví ahí un mundo alucinante. Todo el mundo bailaba solo y eso me pareció muy interesante”.
“Empecé a tocar con máquinas para llevar la contra, soy un salmón, yo voy para arriba, contra la corriente, veía a mis amigos con sus laptop y teclados midi, y yo decía solo quiero una máquina que no necesite nada más de lo que hay adentro, nada de pantallas, no quería estar pendiente de la visua, solo con el funcionamiento de la màquina y lo espontáneo”.
La cumbia Peruana: “Esa fusión para mi es un misterio, la primera vez que la escuché fue en parte de Argentina, ahí se coció la cumbia villera con electrónica. Para mi ahí nace la el Tropical Bass, que en Argentina la llamaban la cumbia digital, ahí nos dimos cuenta de que Perú también tenía cumbia, desde mi perspectiva era un ritmo pegajoso y masivo, la locura y la síntesis de la electrónica hizo un buen soundclash”.
“La cumbia de Perú es la cumbia amazónica, es la cumbia ancestral, la cumbia entra a perú de Colombia por el amazonas, por que la cumbia originalmente es Colombiana, no hay otro precedente de cumbia, con una estructura más simple de flautilla y tambores pasa por el amazonas, por los Andes (que también hay cumbia), pero ahí comienza a transformarse en chicha, y en chicha va bajando hacia la costa, hacia el norte que se llama electrocumbia y tiene sintetizadores ochenteros, baterías eléctricas”.
“Cuando empezamos, éramos un colectivo auxiliar, éramos cuatro artistas fijos, en las fiestas “Toma”. Ahí fue cuando yo dije “Sí, funciona”. Ahí éramos Dengue dengue dengue! Elegante el Imperial, Qechuaboi, Deltatron, Animal Chuki, Tribilin Sound”.
“Mi primer ep -que fue por cabeza netlabel- me gusta mucho porque fue la primera vez que aprendì a samplear con la Electribe (Korg)”.
“Microdosis por Kriolla, el espíritu de mi último ep es hacer lo que me daba la gana sin tener que rendir cuentas al dance floor, antes pensaba en la pista de baile y mis amigos bailando a las 4 de la mañana… Pensaba en los pies, en las manos, en los cuerpos como se movìan, lo que hice en este EP es producir hacia dentro… son momentos distintos”.
“El laboratorio de Qechuaboi es el sampler y los monitores, una luz tenues, nada más: Siempre empiezo con las baterías, ahora quiero cambiar eso, empezar con los osciladores”
“He pensado en hacer ambient, salir con mi grabadora y esos sonidos capturados serían procesados. Picheando sonidos naturales, filtros, un espacio geografico, para tener una referencia folclórica.. de Uganda y que se podría confundir con cumbia”.
“El tropical Bass quedó como un experimento, el reggaeton entró muy fuerte, y la gente quería bailar reggaeton, la afluencia de gente hacia las fiestas fue bajando”.
Su trabajo favorito: “Es Unexpected de Folcore Records porque está sampleando cosas contemporáneas de Uganda y de una película de bollywood que se llama kaafi, que quiere decir café. Son 2 influencias muy fuertes, que si las escuchas hay unidad y cohesión. Estas 2 canciones las puedo poner en una fiesta y una es para abrir y la otra es para cerrar !Y está de la puta madre!”.